El 15 de mayo marcó el inicio de operaciones de prueba del nuevo aeropuerto de Lima. Hoy, a cuatro días, el reto sigue siendo afinar cada detalle antes de la inauguración oficial.
Han pasado cuatro días desde que el nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, en Lima, comenzó su esperada “marcha blanca”, una fase de pruebas operativas que permitirá afinar los sistemas antes de su inauguración oficial el próximo 1 de junio. La llegada del primer vuelo internacional, proveniente de Buenos Aires, no solo marcó un hito técnico, sino también simbólico: el Perú empieza a mostrarle al mundo su nuevo rostro aeroportuario.
El joven argentino Gonzalo Waisman, primer pasajero extranjero en arribar al nuevo terminal, no dudó en calificarlo como “moderno, muy bueno” y lo comparó favorablemente con los estándares europeos: “En Argentina no tenemos esto, parece Europa”, comentó visiblemente impresionado por el nivel tecnológico del recinto y el cálido recibimiento, que incluyó regalos como chocolates y souvenirs.
Más allá de la emotividad del momento, los días posteriores han permitido empezar a calibrar los sistemas reales del aeropuerto. Aunque algunas funciones continúan siendo manuales —como controles migratorios— la impresión general ha sido positiva. Las autoridades destacan que el objetivo de esta etapa no es la perfección, sino detectar fallas, corregirlas y asegurar una transición operativa sólida.
El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) ha reiterado que esta fase servirá para ajustar sistemas clave: embarque, seguridad, carga, migración y servicios al pasajero. Por ahora, cuatro aerolíneas internacionales están participando en esta fase controlada.
La infraestructura del nuevo Jorge Chávez es completamente independiente del actual aeropuerto. El acceso temporal, ubicado por la avenida Morales Duárez en el Callao, ha requerido una reorganización del flujo vehicular. En paralelo, se han desplegado campañas de orientación para mitigar confusiones entre usuarios.
El vuelo inaugural —que arribó desde Buenos Aires y regresó la misma noche del 15 de mayo— dio paso a nuevas rutas en los días siguientes: Ciudad de México, Madrid, Punta Cana, Santo Domingo y Bogotá. Con cada arribo, el sistema se pone a prueba. Con cada despegue, se valida un proceso más.
A pocas semanas de la inauguración oficial, el nuevo aeropuerto ya genera expectativas no solo por su diseño moderno, sino por su papel estratégico para convertir a Lima en un verdadero hub regional. El Gobierno, a través del ministro Raúl Pérez Reyes, ha dejado claro que el objetivo no es solo tener un aeropuerto más grande, sino uno funcional, seguro y al nivel de los principales nodos aéreos del continente.