El 91% de profesionales seniors desea seguir activo, ya sea en su formato actual, emprendiendo o con una jornada reducida. La continuidad laboral está impulsada por motivaciones más profundas: propósito, bienestar personal y ganas de seguir aportando.
En América Latina el envejecimiento poblacional está configurando un nuevo mapa laboral. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para 2050 más del 27% de la población de la región tendrá más de 60 años. Esta transformación demográfica exige una actualización urgente de políticas públicas, prácticas organizacionales y entornos laborales más inclusivos.
En este escenario, Pulso –consultora especializada en estrategias de comunicación con más de 30 años de experiencia en América Latina– presentó su estudio “Economía Plateada: perspectivas y futuro laboral”, en el cual encuestó a más 100 ejecutivos peruanos y 80 ecuatorianos mayores de 50 años, y que expone las motivaciones, aspiraciones y desafíos que enfrentan estos profesionales en el mercado laboral.
El informe señala que el 91% de los ejecutivos peruanos no planea jubilarse en el corto plazo, lo que nos habla de una generación con gran motivación por seguir aportando. Esta investigación busca visibilizar esa energía, esa experiencia y fomentar un cambio en las culturas organizacionales que todavía no saben cómo capitalizarla”, sostuvo Luis Avellaneda Ulloa, representante de Pulso Perú y Director Gerente en Realidades.
¿Qué priorizan los ejecutivos de esta generación en Perú?
Los resultados en Perú evidencian una transformación significativa en la manera en que este grupo etario se relaciona con el trabajo. Aunque la “estabilidad económica” sigue siendo una prioridad (4.34/5), emerge con fuerza la “realización personal” (4.23/5), un “clima laboral respetuoso” (4.00/5) y la posibilidad de “generar impacto desde la experiencia”.
Lejos de considerar la jubilación como una meta inmediata, el 91% de los ejecutivos peruanos planea seguir trabajando: el 39% en su formato actual, el 35% mediante emprendimientos o trabajo independiente, y un 17% busca reducir su carga laboral. Solo un 9% contempla retirarse por completo.
A su vez, las motivaciones para cambiar de modalidad laboral se centran en el “bienestar personal”, el “tiempo en familia” y el “interés por un formato flexible”, según datos extraídos de las preferencias expresadas por los encuestados (todos con puntajes superiores a 4.0 sobre 5).
Brechas y oportunidades
A pesar de su trayectoria, los ejecutivos mayores aún enfrentan obstáculos estructurales importantes. Las barreras más mencionadas incluyen la “falta de oportunidades” (11.61%), “beneficios poco competitivos” (9.68%), y “discriminación por edad” (9.03%). Esta situación refleja una discrepancia entre el discurso empresarial y la práctica real.
Respecto a sus competencias, los ejecutivos peruanos se autoperciben como “altamente valiosos en liderazgo” (4.36/5), “resolución de problemas” (4.28/5) y “conocimiento del sector” (4.24/5). No obstante, reconocen una brecha en “habilidades digitales” (3.49/5), lo que representa un área clave para el desarrollo continuo.
“El reto ahora es que las organizaciones reconozcan el valor de la experiencia, la adaptabilidad y el liderazgo que estos profesionales aportan en entornos cada vez más complejos y cambiantes”, complementó Avellaneda.