Por Cristian Harnisch, gerente general de Foco en Obra
No hay duda. La digitalización ha transformado la industria de la construcción, y ahora las empresas pueden superar obstáculos antiguos y satisfacer las necesidades actuales.
A través de la incorporación de tecnologías como el modelado BIM, el big data o la realidad virtual, las constructoras pueden innovar en sus procesos, reducir costos, aumentar la seguridad laboral y avanzar hacia prácticas más sostenibles.
En efecto, la tecnología crea una mentalidad innovadora que impulsa la digitalización empresarial y en algunos la transformación digital, las empresas se van adaptando a estos nuevos tiempos y al mundo digital, siempre con el objetivo de optimizar sus canales de distribución, la forma de comunicarse con los clientes, la manera de gestionar la información, entre otras. Asimismo, la industria de la construcción debe evolucionar progresivamente en términos de costos y plazos, priorizando siempre la satisfacción del usuario final.
Por tanto, las innovaciones tecnológicas desempeñan un rol creciente y han facilitado la creación de alternativas para innovar en actividades como supervisión de proyectos, control de calidad, gestión y prevención laboral, por mencionar las más relevantes.
Todo esto conlleva importantes beneficios. Entre ellos, eliminación de HH destinadas a labores que no generan valor, mayor eficiencia en la planificación y el diseño, aumento de la seguridad laboral en obra, reducción de costos y tiempos de ejecución, además de hacer mucho más sostenible la gestión.
Con todo esto, lo cierto es que la digitalización y luego la transformación digital, son una oportunidad para las constructoras de seguir siendo competitivas en un mercado cada vez más exigente.
Mediante tecnologías como softwares Saas, BIM, big data, realidad virtual o impresión 3D, las constructoras pueden volver sus procesos mucho más eficientes, disminuir costos y tiempos, generar procesos más ‘livianos’ y avanzar hacia prácticas más sostenibles.
Todo esto conlleva retos en cuanto a la formación del personal y el cambio cultural, pero los beneficios superan con creces los obstáculos iniciales.
La clave del éxito consiste en hacer un buen diagnóstico, definir objetivos claros, escoger las herramientas adecuadas y asegurar una implementación progresiva con capacitación continua del personal. La digitalización no es una opción, sino una necesidad para ser competitivos en la actualidad.






