El oro retrocede tras alcanzar la resistencia de 4.250 dólares, presionado por la toma de ganancias y el alza de los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU., mientras persiste la incertidumbre sobre la política monetaria y la aversión al riesgo.
El oro cerró la sesión a la baja, presionado por los ajustes tras un fuerte repunte reciente y por el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, elementos que redujeron el atractivo del metal como refugio seguro. Además, parte del movimiento de hoy parece deberse a la toma de ganancias por parte de los inversores que compraron el metal en las últimas semanas anticipando la bajada de los tipos de interés en EE. UU., con el objetivo de alcanzar el importante nivel de resistencia de los 4.250 dólares.
En general, la jornada refuerza la advertencia de que, a pesar de las expectativas de flexibilización monetaria —que sigue siendo un factor de apoyo para el oro—, el metal es vulnerable a movimientos a muy corto plazo provocados por los rendimientos de los bonos del Tesoro y los cambios en la aversión al riesgo. Si la Fed mantiene una postura más neutral o si los datos económicos se muestran resilientes, el oro podría enfrentar una mayor presión. Sin embargo, en un escenario de deterioro macroeconómico o de caída del dólar, el atractivo de la protección aún tiende a beneficiar al metal.
El mercado petrolero cerró la sesión en terreno negativo, reflejando la reducción del premio de riesgo geopolítico tras nuevos avances diplomáticos en las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania. La confirmación de que el presidente ruso, Vladimir Putin, mantuvo una reunión con la delegación estadounidense encabezada por el enviado especial Steve Witkoff introdujo un factor adicional de alivio a las tensiones, disminuyendo la probabilidad percibida de interrupciones relevantes en la oferta rusa en el corto plazo.
Ante este escenario, los participantes del mercado ajustaron posiciones largas que habían sido acumuladas en semanas recientes debido al risco de una posible escalada del conflicto y a los eventuales impactos sobre la producción y las exportaciones de crudo ruso.
Desde una perspectiva fundamental, el movimiento observado durante la jornada no estuvo asociado a cambios significativos en los balances globales de oferta y demanda, sino a un proceso de repricing del riesgo geopolítico. La demanda internacional continúa moderada, especialmente en Europa y Asia, lo que incrementa la sensibilidad de los precios ante cualquier señal de distensión en el conflicto. Además, la percepción de que los inventarios globales se mantienen en niveles cómodos reforzó la corrección, al reducir a curto plazo las expectativas de un déficit estructural que pudiera sostener precios más elevados.
Antonio Montiel, Director de Análisis de ATFX Education






