Un tramo decisivo para la expansión financiera municipal en Lima

En una etapa de recuperación acelerada, la Caja Metropolitana de Lima consolida utilidades, fortalece su estructura patrimonial y ajusta su estrategia de riesgos, abriendo paso a un posible cambio de categoría en los próximos años.

Recuperación financiera y utilidades en ascenso

Tras varios ejercicios con pérdidas acumuladas, la Caja Metropolitana de Lima alcanzó un punto de inflexión. El cierre del tercer trimestre de 2025 evidenció un margen financiero neto de S/72,5 millones, acompañado de un resultado neto de S/10,6 millones luego del pago del impuesto a la renta.
Los ingresos por servicios financieros aportaron el 3% del margen, mientras que los gastos por intereses sumaron S/18,5 millones, concentrados casi en su totalidad en obligaciones con el público.

La entidad también logró revertir un saldo negativo histórico de S/55 millones heredado de gestiones anteriores, y proyecta cerrar 2025 con utilidades cercanas a S/20 millones. Según sus directivos, este desempeño se sustenta en una gestión profesional e independiente respaldada por la autonomía municipal.

Estructura patrimonial con indicadores sólidos

El patrimonio efectivo cerró en S/93,3 millones, superando en 5% el requerimiento regulatorio y reflejando un ratio de capital del 12,77%.
La cartera de créditos vigentes representa el 75% de los activos, mientras que las cuentas a plazo conforman dos tercios del pasivo. Los activos ponderados por riesgo equivalen al 92% de los activos totales, y el capital destinado a riesgos adicionales mantiene holgadamente las exigencias establecidas.

Las provisiones y la valuación de activos alcanzaron S/4,7 millones (6% del margen financiero neto), brindando cobertura frente a posibles deterioros crediticios.

Estrategia de crecimiento: pignoraticio, microfinanzas y banca empresa

La entidad sostiene su expansión sobre tres pilares:

  • Crédito pignoraticio, con un salto de S/66 millones a S/140 millones.

  • Microfinanzas, que pasaron de S/180 millones a cerca de S/300 millones.

  • Banca empresa, donde ya gestionan una cartera aproximada de S/50 millones.

El segmento consumo fue contenido para no tensionar el capital regulatorio, dada su duración más prolongada.

La caja creció 29% en el último año, impulsada por mayor volumen de colocaciones, diversificación y control del gasto fijo en sus 32 agencias.

Morosidad en descenso y gestión de riesgos más fina

Uno de los avances más relevantes es la reducción de la morosidad a 4,8%, lejos del 11% previo. El ajuste en la segmentación de clientes y la profesionalización de la cobranza permitieron estabilizar este indicador durante un periodo prolongado.

La entidad también identifica que los efectos de la criminalidad y la inestabilidad política ya forman parte del entorno habitual del microempresario. Para riesgos climáticos, se recurrió a programas de COFIDE que priorizan estabilidad sobre rentabilidad.

Perspectiva regulatoria y proyección institucional

La Caja Metropolitana considera que sus avances abren espacio para aspirar, en el mediano plazo, a una categoría bancaria municipal. Para ello proyecta:

  • Obtener una mejor calificación crediticia (meta: categoría B o superior) a partir de 2026.

  • Avanzar en la certificación de riesgos bajo estándares Basilea III.

  • Fortalecer provisiones y capacidad de colocación.

La institución también ha presentado a la SBS propuestas para flexibilizar límites que restringen su crecimiento en microfinanzas y créditos sin garantías superiores a S/90.000, así como atender mercados consolidados de Lima con mayor holgura.

Atractivo institucional y alianzas futuras

Respecto a la búsqueda de socios estratégicos que aporten capital tecnológico y financiero, la entidad confía en que su crecimiento y gobierno corporativo permitirán mantener continuidad directiva tras el cambio de gestión municipal. Asimismo, considera que la controversia entre la Municipalidad de Lima y Rutas de Lima no altera el atractivo de la institución para potenciales inversionistas.

La expectativa es que, con estabilidad operativa y apoyo regulatorio, la Caja Metropolitana pueda iniciar en 2026 una etapa decisiva para su evolución institucional y su eventual transición hacia un banco municipal.