En solo dos años, Kapital Bank alcanzó una valuación de US$ 1,300 millones y se consolidó como el décimo unicornio mexicano. Su modelo, basado en inteligencia artificial y atención a las pymes, reconfigura el futuro del financiamiento en la región.
Kapital Bank nació en setiembre de 2023 en México tras la compra del Banco Afín, y dos años después ha alcanzado el estatus de unicornio al lograr una valuación de US$ 1,300 millones. Sin embargo, su historia se remonta a 2012, cuando la startup comenzó financiando negocios del sector agrícola y pequeñas y medianas empresas (pymes). Hoy, su vertiginoso ascenso y expansión hacia Estados Unidos y Colombia redefine el panorama bancario para las pymes latinoamericanas.
Su consolidación como Grupo Financiero Kapital se dio tras adquirir activos de Intercam, marcando un nuevo capítulo en la banca digital mexicana. René Saúl, CEO y cofundador de Kapital Bank, sostuvo que las pymes tienen el potencial de dinamizar la economía, al representar cerca del 50% del PBI en la mayoría de países. Junto a él, Fernando Sandoval, Eder Echeverría y Arjun Sethi forman parte del equipo que impulsó la transformación de esta fintech en un unicornio financiero.
Especialistas en tecnología financiera destacan que Kapital Bank logró posicionarse gracias al uso del machine learning y la inteligencia artificial, herramientas que optimizan procesos clave como la evaluación crediticia, el cumplimiento normativo y la supervisión. Estas tecnologías acortan los tiempos de respuesta, reducen costos operativos y fortalecen la gestión del riesgo. Con algoritmos que identifican patrones de riesgo y fraude en minutos, la entidad acelera la incorporación de nuevos clientes y mejora la rentabilidad.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, en Latinoamérica la oferta bancaria cubre solo una quinta parte de la demanda, lo que abre una brecha de oportunidad que Kapital Bank ha sabido aprovechar con modelos de financiamiento más ágiles. Su inversión en tecnología también refuerza su sistema de gestión y permite atender a segmentos tradicionalmente desatendidos por los bancos tradicionales.
Durante la pandemia, la fintech mexicana encontró una oportunidad ante la falta de atención crediticia hacia medianos negocios. Con la compra reciente de Intercam, Kapital Bank alcanzó los 300,000 clientes y una cartera crediticia superior a los 7,000 millones de pesos mexicanos (más de US$ 379 millones). Además, recibió una calificación positiva de Moody’s con perspectiva estable, consolidando su posición como banco con licencia y una plataforma impulsada por inteligencia artificial.
“Su crecimiento refleja la fortaleza de su modelo financiero”, coinciden analistas del sector, quienes prevén resultados sólidos en el corto plazo debido a su inversión en big data e IA. Desde la entidad, su CEO ha afirmado que “el título de unicornio da igual”, porque lo importante es mantener el foco en las pymes, que son las verdaderas impulsoras de la economía.
A mediano plazo, Kapital Bank planea su salida a los mercados bursátiles de México y Estados Unidos, proyectando un crecimiento del 20% en todas sus líneas de negocio para 2026.
Replicar este caso en Perú aún enfrenta barreras estructurales y regulatorias. Expertos subrayan la necesidad de ecosistemas de venture capital más profundos y sandbox regulatorios flexibles que fomenten sinergias entre fintechs y bancos tradicionales. Asimismo, la limitada capitalización y el alto costo de adquirir una entidad bancaria siguen siendo frenos importantes para el surgimiento de nuevos actores.
En el contexto peruano, iniciativas fintech como Crehana, Chazky, B89, Hapy o Prestamype avanzan, pero aún lejos de la escala alcanzada por Kapital Bank. La solidez del sistema financiero local, aunque positiva, también limita la competencia y dificulta que una fintech logre transformarse en banco sin adquirir otro.
El caso de Kapital Bank demuestra que la combinación de tecnología, empatía con el cliente y agilidad operativa puede ser la clave para que la banca del futuro sea más inclusiva, eficiente y cercana a las verdaderas necesidades del sector productivo.






