La ciudad paraguaya se perfila como un punto clave para Estados Unidos, gracias a su cercanía con la represa de Itaipú y el potencial de energía renovable para infraestructura crítica.
En el nuevo escenario global, donde los recursos renovables, la infraestructura tecnológica y la seguridad energética pesan tanto como la diplomacia, Ciudad del Este, en Paraguay, se ha convertido en un foco de interés estratégico para Estados Unidos.
Conocida como un importante centro de comercio y compras y una población multicultural de origen asiático y libanés, Ciudad del Este destaca por su cercanía a la represa de Itaipú, una de las mayores hidroeléctricas del mundo, compartida con Brasil. Durante décadas, Paraguay vendió su parte de la energía generada a Brasil, pero tras el vencimiento de algunos acuerdos de precios bilaterales en 2023, surgió una oportunidad para que EE. UU. acceda al excedente eléctrico para alimentar infraestructuras críticas, especialmente centros de datos y de inteligencia artificial.
El interés estadounidense se refuerza por la Triple Frontera, donde Paraguay, Brasil y Argentina confluyen. Tradicionalmente vista con cautela por Washington debido a riesgos de crimen transnacional y redes financieras opacas, esta región adquiere un valor estratégico en términos de vigilancia, logística y acceso a rutas comerciales e información.
La creciente demanda global por energía limpia convierte a Itaipú en un activo codiciado. Para Estados Unidos, asegurar asociaciones confiables fuera de zonas de competencia directa con China es crucial, y Paraguay ofrece estabilidad política, menor exposición económica y bajo historial de tensiones geopolíticas.
Para Paraguay, este interés plantea decisiones complejas: equilibrar soberanía, beneficios locales, desarrollo urbano, protección ambiental y evitar dependencia externa. Para Ciudad del Este y otras ciudades fronterizas, el desafío será determinar si la atención internacional se traduce en infraestructura funcional, servicios para la población y desarrollo real, o si se queda en contratos globales de alto nivel.
En síntesis, Ciudad del Este emerge como un punto estratégico en América del Sur, donde la energía renovable, la geopolítica y la competencia entre potencias se intersectan, convirtiendo a la ciudad paraguaya en un actor clave en la región durante 2025.






