Inteligencia artificial impulsa a Wall Street mientras la política amenaza con frenar el optimismo

La inteligencia artificial mantiene el impulso de los mercados, pero la inestabilidad política y fiscal en Estados Unidos y Europa amenaza con enfriar el optimismo de los inversores.

En una jornada marcada por la confluencia de tensiones políticas, anuncios corporativos de gran magnitud y movimientos en los mercados de deuda, divisas y materias primas, los inversores enfrentan un panorama complejo en el que la narrativa de la inteligencia artificial, la política fiscal y monetaria, así como los conflictos geopolíticos, se entrelazan para definir el rumbo de los activos globales.

El mercado estadounidense continúa dominado por la euforia en torno a la inteligencia artificial. Un repunte en los fabricantes de semiconductores llevó a los índices bursátiles a nuevos máximos históricos, impulsados por el acuerdo entre AMD y OpenAI, valorado en decenas de miles de millones de dólares. Este pacto, que contempla el despliegue de chips en centros de datos y la posibilidad de que OpenAI adquiera hasta un 10% de participación en AMD mediante la entrega de hasta 160 millones de acciones si se cumplen ciertos hitos, disparó las acciones de la compañía en un 38%, sumando 101.000 millones de dólares en valor de mercado. La CEO de AMD, Lisa Su, destacó que el acuerdo valida la tecnología de la firma y que será inmediatamente acrecentador en las ganancias ajustadas por acción desde el primer ingreso, con expectativas de ingresos de miles de millones de dólares por cada gigavatio de capacidad de cómputo desplegado. El entusiasmo se extendió a Tesla, que subió tras insinuar un próximo lanzamiento de producto, y a Comerica, que se disparó luego de anunciarse su adquisición por Fifth Third Bancorp en una operación de 10.900 millones de dólares.

El apetito por riesgo contrastó con la debilidad en los bonos del Tesoro, donde los rendimientos de largo plazo se mantuvieron presionados al alza, reflejando preocupaciones fiscales y la expectativa de que la Reserva Federal mantenga una política monetaria solo ligeramente restrictiva. El miembro de la Fed, Schmid, advirtió que la inflación sigue siendo demasiado elevada y que preocupa la generalización de los aumentos de precios, aunque reconoció que el mercado laboral se está enfriando de manera saludable. Schmid también señaló que el balance de la Fed podría cerrar el año cerca de los 6 billones de dólares y que la política monetaria está calibrada de forma adecuada, aunque los riesgos de un estímulo excesivo podrían generar presiones inflacionarias adicionales. En paralelo, el mercado de letras del Tesoro mostró resultados sólidos: la subasta de 3 meses se adjudicó a un rendimiento de 3,85% con una cobertura de 2,91, mientras que la de 6 meses se colocó en 3,695% con una cobertura de 3,04.

El contexto político en Washington añade incertidumbre. El Senado rechazó un proyecto de financiación del Partido Republicano, prolongando el cierre del gobierno federal. El presidente Trump insistió en que el Congreso debe actuar de inmediato para reabrir la administración y advirtió sobre posibles despidos si no se alcanza un acuerdo. La Casa Blanca, a través de la secretaria de prensa Karoline Leavitt, confirmó que el mandatario está dispuesto a firmar un proyecto de reapertura en cuanto llegue a su escritorio, al tiempo que prepara reuniones con líderes internacionales como el primer ministro canadiense Mark Carney y el presidente de Finlandia. Trump también anunció que, a partir del 1 de noviembre de 2025, todos los camiones medianos y pesados que ingresen a Estados Unidos desde el extranjero estarán sujetos a un arancel del 25%, reforzando su estrategia de política comercial.

En el frente energético, los precios del crudo se fortalecieron tras el anuncio de OPEC+ de un modesto incremento de producción de 137.000 barriles diarios, mientras que un ataque con drones obligó a detener la mayor unidad de la refinería rusa de Kirishi, con una recuperación que podría tardar un mes. El WTI cerró en 61,69 dólares por barril (+1,33%), el Brent en 65,47 dólares (+1,46%), la gasolina en 1,9016 dólares por galón y el diésel en 2,2443 dólares. El gas natural en NYMEX se estableció en 3,3570 dólares por MMBTU. El oro se aproximó a los 4.000 dólares la onza, marcando un nuevo récord, mientras que el Bitcoin alcanzó máximos históricos, consolidando lo que los operadores denominan la “apuesta por el debilitamiento” frente a la incertidumbre fiscal y política.

En Europa, los mercados se vieron sacudidos por la crisis política en Francia. El primer ministro Sébastien Lecornu presentó su dimisión apenas un día después de la formación del nuevo gabinete por el presidente Emmanuel Macron, lo que generó un desplome del CAC 40 de hasta 2,1% y fuertes caídas en bancos como Société Générale, Crédit Agricole y BNP Paribas. Marine Le Pen, líder del partido Reagrupamiento Nacional, pidió la disolución de la Asamblea Nacional, mientras que el socialista Olivier Faure anticipó que su partido votará contra el gobierno. La Comisión Europea, por su parte, planea imponer aranceles del 50% a las importaciones de acero que superen las cuotas fijadas en 2013, en un intento por proteger la industria comunitaria. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, reiteró que la inflación se mantiene cerca del objetivo del 2%, aunque reconoció que el crecimiento será más débil en la segunda mitad del año. Lagarde subrayó que el mercado laboral sigue siendo un pilar de fortaleza, pero advirtió que las exportaciones débiles y la fortaleza del euro seguirán limitando la expansión.

En Asia, la atención se centró en Japón, donde la elección de Sanae Takaichi como líder del Partido Liberal Democrático y probable próxima primera ministra generó un fuerte repunte bursátil. El Nikkei 225 se disparó 4,8% a un máximo histórico, impulsado por expectativas de un agresivo estímulo fiscal y recortes de impuestos. Sin embargo, el yen se desplomó casi 2% hasta 150 por dólar, alcanzando un mínimo histórico frente al euro, mientras que los bonos japoneses de largo plazo sufrieron su mayor caída en meses ante la perspectiva de mayor emisión de deuda. El Ministerio de Finanzas informó que las reservas internacionales alcanzaron 1,341 billones de dólares a finales de septiembre, frente a 1,324 billones en agosto. El gasto de los hogares aumentó 2,3% interanual y 0,6% mensual, superando las expectativas, aunque el Banco de Japón advirtió que muchas pequeñas empresas enfrentan dificultades para financiar aumentos salariales. En Australia, el índice de confianza del consumidor Westpac-MI cayó 3,5% a 92,1, reflejando un deterioro en las perspectivas económicas.

En el ámbito geopolítico, continúan las tensiones en Medio Oriente. Delegaciones de Israel y Hamas llegaron a Egipto para discutir un posible alto al fuego en Gaza, mientras que Trump afirmó que pronto se sabrá si Hamas está dispuesto a comprometerse. El secretario de Estado, Marco Rubio, señaló que el acuerdo incluiría fases de desarme y desmovilización, aunque advirtió que será un proceso difícil.

El panorama global refleja una paradoja: mientras los mercados bursátiles celebran la narrativa de la inteligencia artificial y los estímulos fiscales, los riesgos políticos y fiscales se intensifican. En Estados Unidos, la combinación de un cierre gubernamental prolongado, nuevas medidas arancelarias y un mercado laboral en enfriamiento plantea un escenario de volatilidad creciente. Europa enfrenta una crisis política en Francia que amenaza con desestabilizar la eurozona, mientras que, en Asia, Japón apuesta por un estímulo agresivo que podría sostener el crecimiento a costa de una mayor presión sobre el yen y la deuda pública.

De cara al futuro, los escenarios más probables incluyen:

EE.UU.: Continuidad del rally tecnológico impulsado por la IA, aunque con riesgos de corrección si la Fed no logra controlar la inflación.

Europa: Mayor volatilidad en bonos y divisas ante la incertidumbre política y comercial.

Asia: Un ciclo expansivo en Japón que podría sostener la renta variable, pero con riesgos de inestabilidad cambiaria.

Materias primas: Oro y Bitcoin seguirán actuando como refugios frente a la “apuesta por el debilitamiento” de las monedas fiduciarias.

En síntesis, los mercados se encuentran en una fase de exuberancia selectiva, sostenida por la narrativa tecnológica y el apetito por riesgo, pero con fundamentos macroeconómicos y políticos que sugieren cautela. La clave estará en la capacidad de los bancos centrales y gobiernos para equilibrar estímulo y disciplina fiscal sin desatar una nueva ola inflacionaria.