Por Yoandris Rives Rodríguez, Gerente Regional para LATAM en B2BINPAY
El mercado cripto cierra la semana con un renovado impulso. Bitcoin ha superado el nivel de los 121.000 dólares, su punto más alto desde mediados de agosto, mientras que Ethereum cotizó por encima de los 4.500 dólares, un máximo de tres semanas. El contexto combina entradas a ETF por más de 2.400 millones de dólares, la fortaleza estacional de octubre y una postura moderada de la Fed, que ahora lleva a los mercados a descontar con certeza otro recorte de tasas. Hasta ahora, el cierre parcial del gobierno en Washington ha actuado más como un viento de cola que como un obstáculo, con acciones y cripto avanzando en paralelo, en línea con patrones históricos.
En América Latina, la historia tiene menos que ver con la especulación y más con la infraestructura. Brasil está emergiendo como un punto focal, ya que su excedente de energía limpia atrae a mineros industriales y crea un terreno para proyectos de activos digitales vinculados a la energía. Esta semana, OranjeBTC —respaldada por multimillonarios— anunció planes para comenzar a cotizar en B3, ofreciendo a los inversionistas locales una vía de exposición a Bitcoin a través del mercado de capitales del país. Para las instituciones sujetas a mandatos, esto representa un puente significativo entre las finanzas tradicionales y las tesorerías cripto.
Los patrones de adopción regional también muestran divergencias. América Latina mantiene una de las tasas de adopción más rápidas a nivel global, con Argentina y Venezuela recurriendo a Bitcoin y a las stablecoins para pagos diarios, mientras que Brasil sigue siendo el principal centro de negociación regulada y acceso a dinero fiduciario. El experimento de Venezuela con una estrategia basada en stablecoin sigue siendo ilustrativo: resalta tanto la utilidad económica de los dólares digitales en condiciones de crisis como la fragilidad de los sistemas demasiado dependientes de emisores únicos.
Para los tomadores de decisiones, destacan tres señales en octubre. Primero, los gestores de tesorería en Brasil pueden usar cada vez más instrumentos listados para obtener exposición a cripto sin una supervisión regulatoria excesiva. Segundo, las empresas energéticas deberían evaluar alianzas con mineros como herramienta para monetizar el exceso de capacidad, especialmente en estados ricos en viento como Bahía. Tercero, los corredores de stablecoin orientados al cumplimiento siguen siendo esenciales, pero la gobernanza debe evolucionar para mitigar riesgos de concentración al estilo de Venezuela.
Bitcoin termina la semana consolidándose por encima de los 120.000 dólares, con un posible movimiento hacia los 130.000–140.000 dólares si persisten las entradas a ETF. En LATAM, la siguiente fase dependerá de cómo Brasil equilibre la política fiscal con el crecimiento del mercado y de cómo las conexiones entre energía y cripto influyan en la economía industrial. Así, la región entra al cuarto trimestre como un constructor estructural de las finanzas digitales.






