El oro consolida avances semanales y se afirma como refugio ante la debilidad del dólar y crecientes tensiones geopolíticas

El oro cierra la semana con ganancias cercanas al 3%, impulsado por la debilidad del dólar y la escalada de tensiones geopolíticas, consolidándose como un refugio seguro para los inversionistas.

El oro cerró la sesión de este viernes en terreno positivo, consolidando un movimiento alcista que se extendió durante toda la semana y que culminó con ganancias acumuladas cercanas al 3%. La apreciación del metal estuvo respaldada por una combinación de factores cambiarios y geopolíticos. La debilidad del dólar, que mostró una depreciación generalizada frente a otras divisas, incrementó el atractivo de los activos no denominados en la moneda estadounidense, mientras que la intensificación de las tensiones políticas y comerciales en el escenario internacional reforzó la búsqueda de protección, reafirmando el papel del oro como activo de refugio.

Desde una perspectiva fundamental, los recientes anuncios de aranceles y medidas proteccionistas en Estados Unidos aumentaron la percepción de riesgo, impulsando la demanda del metal y aportando soporte a la tendencia de valorización observada esta semana.

El petróleo cerró la sesión de este jueves al alza, impulsado por una confluencia de factores vinculados al riesgo geopolítico, a las presiones arancelarias y a la debilidad del dólar. El mercado reaccionó de forma inmediata al aumento de las tensiones en regiones exportadoras estratégicas, lo que elevó la prima de riesgo incorporada en los contratos de futuros, especialmente en un momento en que los operadores recalibraban sus expectativas ante posibles interrupciones en el suministro. Al mismo tiempo, la señal de que la imposición de tarifas comerciales podría retroceder o ajustarse reavivó las perspectivas de estímulo a la demanda global, lo que favoreció el apetito comprador sobre el crudo como activo sensible al crecimiento económico.

La depreciación del dólar, al reducir el poder de compra de la divisa estadounidense, reforzó además el atractivo de las materias primas cotizadas en dólares, haciendo que los barriles resultaran más accesibles para los tenedores de otras monedas y acentuando los flujos de entrada en el mercado petrolero. En este contexto, los inversores con un perfil más agresivo buscaron capitalizar la valorización técnica, generando una compresión de posiciones cortas y alimentando el movimiento alcista. La combinación de estos vectores —el aumento del riesgo geopolítico, el optimismo en torno a un eventual alivio arancelario y la debilidad del dólar— prevaleció sobre las preocupaciones cíclicas de sobreoferta, dando como resultado un cierre firme y con sesgo positivo para las próximas sesiones.