Pagos al instante: cinco aportes clave a la liquidez, seguridad e inclusión financiera

Por Micha Calmet, Country Manager de ProntoPaga

La inclusión financiera hoy exige rapidez y confianza en las operaciones. Los pagos digitales inmediatos cumplen ese doble rol: aceleran la economía, reducen costos y ofrecen a personas y negocios la posibilidad de competir en igualdad de condiciones. En Perú, estamos avanzando a un ritmo notable. Según cifras del Banco Central de Reserva, cada adulto realizó en promedio 442 pagos digitales en 2024, un crecimiento de 73% frente al año anterior y de 884% desde 2019. Este salto refleja la consolidación de herramientas que permiten a cualquier persona transferir dinero o cobrar en cuestión de segundos, independientemente de dónde se encuentre.

La interoperabilidad entre bancos, billeteras móviles y códigos QR ha sido decisiva para democratizar el acceso. Hoy un bodeguero en la Amazonía puede recibir un pago con la misma rapidez que un negocio en la capital, reduciendo su dependencia del efectivo y accediendo a un sistema más seguro y trazable. Esa es la verdadera promesa de los pagos instantáneos: un ecosistema en el que la inclusión no es solo tener una cuenta, sino contar con una herramienta funcional para el día a día.

Los beneficios son claros. Primero, la liquidez inmediata, que permite a los negocios reinvertir sus ingresos sin esperar días para disponer de ellos. Segundo, la reducción de costos operativos al minimizar el uso de efectivo y trámites presenciales. Tercero, una mayor seguridad gracias a la trazabilidad y a los mecanismos antifraude incorporados en estas plataformas. Cuarto, la posibilidad de inclusión real para pequeños negocios que antes quedaban fuera del sistema por procesos engorrosos. Y quinto, la competitividad: experiencias de pago modernas que ponen a las mypes en el mismo nivel que grandes cadenas.

Sin embargo, el desafío no termina en la tecnología. Para consolidar este avance, es indispensable fortalecer la confianza del usuario con sistemas de autenticación robustos, educación financiera y programas de acompañamiento digital. La innovación debe ir de la mano con la formación, de modo que cada vez más personas y negocios perciban a los pagos digitales no como una imposición, sino como una solución cotidiana que mejora su vida.

El Perú ha demostrado que puede liderar en adopción de pagos digitales en la región. El siguiente paso es masificar su uso y garantizar que ningún ciudadano ni negocio quede al margen de esta transformación. La inclusión financiera con rapidez, confianza y acceso equitativo no es solo un objetivo: es la base de un sistema económico más justo y competitivo para todos.