La importancia de la identidad gastronómica peruana en la formación de nuevas generaciones de empresarios y la creación de una industria en Abancay

Por Juan Manuel Matías, empresario gastronómico y fundador de MATÍAS Carnes y Parrillas (Abancay)

La gastronomía peruana es, sin lugar a dudas, uno de los mayores tesoros culturales y económicos de nuestro país. Más que un legado culinario, es un símbolo vivo de nuestra identidad nacional, que nos vincula con nuestras raíces y nos proyecta al mundo. En 2025, el 48% de los peruanos manifiesta un profundo orgullo por nuestra cocina, convirtiéndola en uno de los principales motores de orgullo nacional, según datos de Ipsos. Esta cifra es solo una muestra del papel central que la gastronomía juega en nuestra vida social y cultural.

El crecimiento sostenido del sector restaurantes en Perú, que alcanzó un aumento del 5.08% solo en mayo de este año según el INEI, confirma que la gastronomía no es únicamente un deleite para el paladar, sino también un pilar de la economía local. Restaurantes especializados, incluyendo parrillas como MATÍAS Carnes y Parrillas, pollerías y cevicherías, no solo generan empleo sino que impulsan el turismo, consolidando a Perú como una potencia gastronómica mundial.

Para las nuevas generaciones de chefs, comprender y valorar esta riqueza cultural es esencial. La formación técnica debe ir acompañada de un conocimiento profundo de los ingredientes autóctonos y las técnicas ancestrales que constituyen nuestra identidad. Desde la papa nativa y el maíz morado, hasta el ají amarillo y la quinua, cada producto cuenta una historia que se traduce en sabor, tradición y cultura. Nuestra cocina es un encuentro entre las tradiciones indígenas y las influencias europeas, africanas y asiáticas que han moldeado el Perú. Esta identidad es más que un conjunto de recetas: es un patrimonio vivo, una fuente inagotable de inspiración y creatividad.

Además, formar consumidores conscientes es igual de crucial. Cuando los peruanos conocen y valoran el origen, la calidad y la historia detrás de cada plato, fomentan un mercado gastronómico fortalecido, sostenible y comprometido con los pequeños productores y las comunidades locales. Este reconocimiento impulsa una gastronomía responsable que respeta el medio ambiente y promueve la diversidad cultural.

Desde nuestro restaurante, trabajamos para que esta identidad se mantenga viva y dinámica. Incorporamos productos regionales y técnicas tradicionales en nuestros cortes y preparaciones, buscando siempre ofrecer una experiencia auténtica que conecte a nuestros clientes con la esencia de nuestra tierra. La misión va más allá de cocinar bien: se trata de formar chefs que honren sus raíces y consumidores que valoren el legado culinario que todos compartimos.

En definitiva, la identidad gastronómica peruana es el alma que sostiene nuestra cultura culinaria y que debemos proteger, promover y reinventar con orgullo. Solo así garantizamos que las futuras generaciones mantengan vivo este patrimonio tan rico, diverso y sabroso que define quiénes somos y cómo nos proyectamos al mundo.