El directivo deberá pagar 138 millones de euros y cumplir un año de servicios comunitarios, cerrando un capítulo judicial ligado a la herencia de la dinastía Agnelli.
El presidente de Stellantis y Ferrari, John Elkann, ha sido condenado a pagar 138 millones de euros y a cumplir un año de servicios comunitarios en el marco de una investigación por fraude fiscal, según reporta Reuters. Junto a sus hermanos, Lapo y Ginevra, Elkann acuerda así el pago de 183 millones de euros en total, suspendiendo cualquier cargo penal pendiente sobre la presunta falta de declaración de 1.000 millones de euros en activos y 248,5 millones de euros en ingresos derivados de la herencia de su abuela, Marella Caracciolo, viuda del empresario Gianni Agnelli.
El acuerdo, ratificado por la fiscalía italiana y pendiente de validación judicial, permite a los Elkann cerrar el capítulo penal relacionado con la herencia de la influyente dinastía italiana, principal accionista de Fiat y propietaria de la Juventus. Según su abogado Paolo Siniscalchi, tras la firma y ratificación del acuerdo, los hermanos quedarán libres de futuras investigaciones sobre este caso.
Una disputa familiar convertida en batalla judicial
El proceso judicial se inscribe en un conflicto mayor entre Margherita Agnelli, madre de John, y sus tres hijos mayores. Desde hace años, Margherita busca anular los conocidos Acuerdos de Ginebra de 2004, que otorgaron el control del patrimonio familiar a John, Lapo y Ginevra, dejando en desventaja a ella y a los hijos de su segundo matrimonio.
El enfrentamiento, que comenzó como un conflicto familiar, ha escalado a una batalla judicial de alto perfil, involucrando a los máximos responsables de algunos de los grupos automotrices más relevantes del mundo.
Cierre del caso penal
El acuerdo evita nuevos cargos penales para los Elkann y pone fin a posibles demandas adicionales del Estado italiano en este caso. John Elkann deberá informar a las autoridades italianas sobre la institución o actividad donde cumplirá su año de servicios comunitarios, cumpliendo con la obligación impuesta como parte del pacto judicial.
Con este acuerdo, los Elkann ponen fin a uno de los capítulos más mediáticos de su historia familiar, aunque a costa de un impacto económico significativo y de compromisos legales y comunitarios.






