Argentina refuerza su liderazgo mundial en exportación de maní

Con récord de superficie cultivada y fuertes ventas al exterior, el maní argentino mantiene su protagonismo en los mercados internacionales.

Córdoba y otras regiones: epicentro del maní argentino

Argentina cerró la última campaña con 500.000 hectáreas sembradas, consolidándose como primer exportador mundial de maní. El 75% de la producción se concentra en Córdoba, donde se encuentran casi todas las plantas de procesamiento industrial, aunque el cultivo también se ha expandido hacia Buenos Aires, San Luis, La Pampa y Santa Fe.

El suelo franco-arenoso y las condiciones climáticas adecuadas son determinantes para el cultivo, mientras que más al sur, el riesgo de heladas limita la producción.

Exportaciones récord y destinos globales

Durante el primer semestre de 2025, las ventas externas crecieron casi 30% respecto a 2024. En 2024, Argentina exportó maní por 1.190 millones de dólares, la cifra más alta en 22 años.

Los principales destinos son la Unión Europea y el Reino Unido, aunque el maní argentino llega a más de 100 países en Asia, África y América. Productos derivados como aceite y preparaciones de maní también encuentran mercados en Países Bajos, Polonia, China, Estados Unidos, Israel, Australia, Chile, Nigeria y Nueva Zelanda.

Producción y empleo en la cadena del maní

A nivel mundial, Argentina ocupa el octavo lugar en producción de maní con cáscara, con 1,48 millones de toneladas en 434 mil hectáreas cultivadas por unos 900 productores. La cadena genera aproximadamente 12.000 empleos directos e indirectos, y casi toda la producción se destina a la exportación.

Desafíos del sector

A pesar de los buenos resultados, los productores enfrentan costos elevados, especialmente por arrendamiento de tierras, superiores a los de cultivos como la soja. Además, los precios internacionales presentan una tendencia a la baja, lo que plantea desafíos para mantener la rentabilidad.

Argentina sigue siendo un referente mundial en la exportación de maní gracias a su calidad y capacidad de producción, pero deberá equilibrar los costos internos y las condiciones del mercado global para sostener su liderazgo en los próximos años.