¿Dónde se paga más y menos? El mapa de los salarios mínimos en América Latina

Costa Rica lidera el ranking con el salario mínimo más alto de la región, mientras Venezuela mantiene una brecha extrema con apenas un dólar mensual. La comparación revela profundas diferencias estructurales en el mercado laboral latinoamericano.

El segundo semestre de 2025 trajo consigo actualizaciones salariales en gran parte de América Latina. Según estimaciones de Bloomberg, Costa Rica encabeza el ranking con un salario mínimo de 726 dólares mensuales, seguido por Uruguay (586 dólares) y Chile (565 dólares). En el otro extremo, Brasil, El Salvador y Argentina no superan los 300 dólares, mientras que Venezuela mantiene un mínimo de apenas 130 bolívares, poco más de un dólar.

La economista Clara Inés Pardo explicó a Bloomberg que estas diferencias responden a una combinación de factores: “los salarios mínimos por sí solos están, en casi toda la región, por debajo de lo necesario para cubrir una canasta básica”. Inflación, tipo de cambio, nivel de desarrollo y formalización laboral son variables que condicionan la brecha.

Los líderes de la región

Costa Rica se mantiene en la vanguardia con un salario mínimo de 726 dólares, aunque con un costo de vida elevado que reduce el poder adquisitivo real. Uruguay, con 586 dólares, y Chile, con 565 dólares, también destacan en la región, impulsados por políticas de actualización periódica. Ecuador fijó su salario en 470 dólares, mientras Guatemala alcanzó los 484 dólares en el rubro agrícola y México ajustó hasta los 438 dólares en su zona fronteriza norte.

Ajustes y realidades contrastantes

Bolivia, pese a un aumento del 10%, enfrenta la distorsión cambiaria: el salario mínimo oficial equivale a 398 dólares, pero al tipo paralelo se reduce a 172. Paraguay, Colombia, Honduras y Panamá se ubican en un rango intermedio entre 340 y 362 dólares, mientras que Perú alcanzó los 316 dólares tras su primer incremento en tres años.

Los más rezagados

Brasil (273 dólares), El Salvador (272 dólares) y Argentina (263 dólares) integran el grupo de los mínimos más bajos de la región. Pero es Venezuela quien marca la diferencia más extrema: su salario de un dólar al mes, complementado con bonos no salariales, refleja una crisis estructural que lo hace incomparable con el resto de Latinoamérica.

La disparidad en los salarios mínimos expone no solo realidades económicas distintas, sino también los retos de competitividad y bienestar en cada país. Para los analistas, este indicador no solo mide ingresos, sino también la capacidad de los Estados para proteger a sus trabajadores frente a la inflación y la informalidad.