Las expectativas de recortes de tipos en EE. UU., alimentadas por datos de inflación moderados y un rally bursátil, chocan con voces de cautela en la Reserva Federal, dejando a los mercados entre el optimismo y el riesgo de correcciones.
Los mercados financieros globales operan en un entorno marcado por un cambio en el sentimiento inversor, una dinámica activa en el posicionamiento de fondos y una batería de datos macroeconómicos que refuerzan la narrativa de un posible giro hacia políticas monetarias más acomodaticias. En Estados Unidos, el moderado dato de IPC de julio ha encendido las expectativas de un recorte de tipos por parte de la Reserva Federal en septiembre, con crecientes especulaciones sobre un movimiento incluso de 50 puntos básicos, lo que ha impulsado a los índices bursátiles hacia máximos históricos y ha fortalecido el apetito por activos de riesgo, particularmente en el segmento tecnológico y de crecimiento. El S&P 500 acumula ya 17 máximos históricos en el año, mientras los small caps suben un 1,6 % y los rendimientos a dos años retroceden hasta el 3,69 %, evidenciando el fuerte ajuste de expectativas en los mercados de tipos.
El contexto ha favorecido un notable repunte en la actividad de inversores minoristas, con datos de Citadel que muestran compras netas en acciones al contado en 15 de las últimas 17 semanas, y una racha de adquisiciones en opciones minoristas de 15 semanas consecutivas. Este renovado apetito se extiende a las denominadas “meme stocks” y a valores de gran capitalización, con Goldman Sachs destacando que la actividad minorista y profesional se ha intensificado tanto en futuros como en swaps y opciones. Los fondos apalancados y gestores de activos han aumentado posiciones largas en futuros del Nasdaq 100, apuntalando el sesgo alcista en el sector tecnológico. Paralelamente, los CTAs mantienen posiciones largas en renta variable en el percentil 90, lo que, si bien refleja una elevada confianza, también eleva el riesgo de correcciones abruptas en caso de cambios de sentimiento.
El discurso macroeconómico se ve reforzado por las previsiones de Goldman Sachs, que anticipa recortes de 25 puntos básicos en cada una de las tres reuniones restantes del FOMC en 2025 —septiembre, octubre y diciembre— y otros dos en 2026, llevando la tasa terminal al 3–3,25 %. Deutsche Bank, sin embargo, adopta una postura más cauta, añadiendo posiciones cortas en el bono del Tesoro a 10 años al considerar que el mercado está sobreestimando el alcance de los recortes. Según su análisis, la tasa terminal implícita por la SOFR se ubica en niveles excesivamente bajos respecto a sus métricas de neutralidad nominal, por lo que prevén un ajuste al alza que empuje también los rendimientos de los bonos de referencia.
La política monetaria y la composición futura de la Reserva Federal también están bajo el foco. El presidente Donald Trump ha confirmado que se encuentra evaluando “tres o cuatro” candidatos para reemplazar a Jerome Powell, con un anuncio que podría adelantarse a lo previsto, mientras CNBC reporta que la lista inicial de potenciales incluye hasta 11 nombres de alto perfil del sector financiero y la propia Fed. En el plano de comunicación de política monetaria, las intervenciones recientes de miembros del FOMC muestran matices: Austan Goolsbee, presidente de la Fed de Chicago, advierte sobre el repunte en los precios de servicios y mantiene cautela respecto a septiembre, mientras Raphael Bostic, presidente de la Fed de Atlanta, reitera que no contempla más de un recorte en 2025 salvo un deterioro significativo del mercado laboral, que considera actualmente “fuerte” y resiliente.
En el frente corporativo, las compañías estadounidenses proyectan recompras de acciones por encima del billón de dólares este año, buscando sostener precios, reforzar balances y aumentar la confianza de los inversores. Este soporte coincide con un contexto en el que el Bitcoin alcanza por primera vez en su historia los 124.000 dólares, señal de un renovado apetito por activos alternativos en un entorno de tipos a la baja. En el calendario empresarial, la jornada concentra una amplia gama de publicaciones de resultados antes y después del cierre, destacando entre otros Applied Materials, Deere, JD.com, Nu Holdings, Globant y Sigma Lithium, lo que ofrecerá nueva visibilidad sobre sectores clave desde tecnología y consumo hasta energías críticas.
En Europa, la sesión viene marcada por datos inflacionarios y de crecimiento mejores a lo previsto. En Francia, el IPC final de julio registró un avance mensual del 0,2 % y una tasa interanual estable del 1,0 %, en línea con las estimaciones. En el Reino Unido, la economía creció un 0,3 % en el segundo trimestre, triplicando las previsiones de los analistas y sumando al sólido 0,7 % del primer trimestre. El dato mensual de junio mostró un repunte del 0,4 % tras la contracción del 0,1 % en mayo, aunque persiste la sombra de los aranceles estadounidenses y la incertidumbre empresarial como lastres para la proyección a medio plazo.
En Asia-Pacífico, la jornada combina señales de resiliencia laboral y fricciones tecnológicas. En Australia, la tasa de desempleo bajó al 4,2 % en julio, en línea con las estimaciones, mientras el empleo creció en 24.500 personas, por debajo de las previsiones pero suficiente para impulsar el dólar australiano un 0,32 %, alcanzando 0,6564 USD, su nivel más alto desde finales de julio. En China, el sector tecnológico enfrenta presiones regulatorias y técnicas: la firma de inteligencia artificial DeepSeek retrasó el lanzamiento de su modelo R2 debido a dificultades para entrenarlo en chips Ascend de Huawei, que las autoridades les habían instado a utilizar en lugar de los de Nvidia. Finalmente, se vieron obligados a emplear chips de Nvidia para la fase de entrenamiento y reservar los de Huawei para la inferencia, reflejando las limitaciones actuales de la cadena de suministro nacional de semiconductores de alto rendimiento.
En el ámbito de materias primas, los CTA reportan un posicionamiento netamente largo en metales, con avances del 1,25 % en oro, 1,32 % en plata y 1,19 % en paladio. En el segmento agrícola, la soja y el café se mantienen en los percentiles más altos de posiciones largas, mientras el cobre, el maíz y el azúcar sufren presiones bajistas, evidenciando un sesgo mixto entre agrícolas y “softs”. El petróleo, en cambio, enfrenta caídas tanto en precios como en posicionamiento, sumando un matiz bajista en el espectro energético.
En conjunto, el panorama refleja un delicado equilibrio entre un apetito de riesgo revitalizado por la expectativa de recortes de tipos y el reconocimiento de riesgos macroeconómicos persistentes. Si bien la narrativa de flexibilización monetaria gana tracción, las señales divergentes desde la Reserva Federal y el debate sobre el alcance real de los recortes sugieren que la volatilidad seguirá siendo un componente clave de los mercados en lo que resta del año.
El escenario central apunta a que la Fed recortará tipos en septiembre, probablemente en 25 pb, con margen para movimientos adicionales en 2025 si la inflación mantiene su moderación y el mercado laboral se enfría gradualmente. Sin embargo, las apuestas de 50 pb parecen prematuras dado el tono cauteloso de algunos miembros del FOMC. La renta variable estadounidense podría extender su rally en el corto plazo, impulsada por la liquidez y las recompras corporativas, aunque el posicionamiento extremo en CTAs y minoristas incrementa el riesgo de correcciones técnicas. Europa ofrece señales positivas de estabilización económica, mientras Asia combina fortalezas en el empleo con vulnerabilidades tecnológicas y geopolíticas. Las materias primas muestran una segmentación clara, con metales preciosos liderando y energías bajo presión. El inversor sofisticado deberá mantener una estrategia flexible, aprovechando el impulso actual en renta variable, pero protegiéndose ante potenciales cambios bruscos en el sentimiento y en la narrativa monetaria global.






