China busca consolidar a México como socio estratégico para abastecer al mundo

La relocalización de inversiones chinas encuentra en México una plataforma con ventajas geográficas, comerciales y productivas. Sin embargo, persisten retos políticos y logísticos para concretar proyectos de gran escala.

México se está consolidando como uno de los destinos más atractivos para la relocalización de inversiones chinas en un contexto global de fragmentación del comercio. Así lo sostuvo Diana Gamboa, gerente de Comunicación y Medios de la Cámara de Comercio y Tecnología México-China, al destacar que el país es visto como una plataforma estratégica de largo plazo, y no solo como punto de ensamblaje.

China es actualmente el tercer emisor de anuncios de inversión en México. Según cifras oficiales, hay más de 1.000 empresas chinas registradas formalmente, pero el número real podría superar las 4.000 si se consideran oficinas de representación y otras figuras comerciales.

El fenómeno se enmarca en un proceso de “reacomodo” del comercio global, según José Manuel Salazar Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, quien recomendó apostar por la diversificación. No obstante, México mantiene una fuerte dependencia de su comercio exterior con Estados Unidos, especialmente en exportaciones, como recordó Víctor Gómez Ayala, economista jefe de Finamex.

A pesar de ello, la masa crítica de industrias mexicanas —como la aeroespacial, de software y dispositivos médicos— permite atraer mayor inversión, según la Cepal. Esta base, junto con el acceso a más de 50 mercados mediante tratados, costos competitivos y una mano de obra joven y calificada, refuerzan el atractivo mexicano para China.

Empresas como Hisense, Huawei, BYD, JAC Motors y Minth Group ya han ingresado o ampliado operaciones en el país. BYD, por ejemplo, no ha cancelado su ingreso, sino que avanza con una estrategia de expansión gradual. Pero el caso de Dragon Mart, frustrado en 2012, revela que sin alineación entre gobierno, empresa y comunidad, los megaproyectos enfrentan obstáculos.

Por otro lado, persiste la preocupación política en torno a que México sea visto como canal para triangular productos chinos hacia EE.UU., lo que cobra mayor relevancia ante la revisión próxima del T-MEC.