El país austral recibió más de US$12.500 millones en IED, destacando en un contexto regional de crecimiento impulsado por reinversión de utilidades y concentración en sectores como manufactura y minería.
Durante 2024, América Latina y el Caribe recibieron US$188.962 millones en inversión extranjera directa (IED), lo que representa un crecimiento del 7,1 % respecto al año anterior, según el informe anual de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Esta cifra equivale al 13,7 % de la formación bruta de capital fijo y al 2,8 % del PIB regional, aunque aún por debajo de los promedios de la década pasada.
Chile se ubicó como el cuarto país con mayor captación de IED, con US$12.521 millones en 2024, por debajo de los US$18.377 millones registrados en 2023. Aunque el país sufrió una caída interanual, logró mantenerse entre los principales destinos de inversión en la región, por detrás de Brasil (US$71.070 millones), México (US$45.337 millones) y Colombia (US$14.269 millones).
El informe de la Cepal indica que este crecimiento regional fue impulsado principalmente por empresas transnacionales ya establecidas, a través de la reinversión de utilidades, aunque advierte una caída en los aportes de capital fresco, lo cual refleja una menor entrada de nuevos actores al mercado latinoamericano.
En términos sectoriales, la manufactura captó el 43,6 % de la IED, seguida por los servicios con 40,3 %. Los recursos naturales, tradicionalmente relevantes en la región, representaron solo el 16 %. No obstante, los proyectos en minería de minerales críticos para la transición energética —como cobre y litio— siguen atrayendo atención. Entre 2005 y 2024 se anunciaron 1.152 proyectos en este rubro por un total de US$230.065 millones, siendo Chile, Perú, Brasil y Argentina los principales destinos.
En cuanto al origen de los capitales, Estados Unidos lidera con el 38 % del total invertido en 2024. Le siguen la Unión Europea (15 %) y los países de la propia región (12 %). La inversión directa de China representó apenas un 2 %, aunque la Cepal advierte que muchas inversiones chinas no se registran como IED formal debido a su ingreso indirecto o modalidad contractual.
La evolución de estos flujos refleja la creciente importancia de la región en sectores clave, pero también las dificultades para atraer nuevos inversionistas. El desafío para países como Chile será revertir la caída de flujos netos sin perder su posición en el podio regional.






