Mujeres lideran el 63% de los nuevos créditos microfinancieros, pero enfrentan mayor vulnerabilidad social

El Informe de Impacto 2024 de Financiera Confianza y la Fundación Microfinanzas BBVA muestra que casi la mitad de las emprendedoras con acceso a crédito viven en pobreza, evidenciando los retos persistentes en igualdad de oportunidades y desarrollo. 

En Perú, los microemprendedores no tienen el camino fácil, y las mujeres encuentran aún más desafíos. Los índices de pobreza —27,6%, según informe del INEI al 2024— se reflejan en sus carencias, según un estudio de Financiera Confianza y la Fundación Microfinanzas BBVA, que identifica profundas brechas vinculadas a la pobreza multidimensional y el acceso a oportunidades.

El Informe de Impacto 2024 se basó en una muestra de más de 240,000 hogares de clientes de la microfinanciera en Perú. Los resultados muestran que el 59% de los beneficiarios de crédito son mujeres, y el 32% proviene de zonas rurales. En 2024, más de 100,000 nuevos emprendedores recibieron financiamiento, con una participación femenina del 63%. Estas mujeres enfrentan desigualdades notorias, ya que el 48% vive en condiciones de pobreza, en comparación con el 16% de los hombres atendidos.

A pesar de ello, la entidad ha logrado generar avances en aspectos como ingresos, ahorros, y salud financiera. Después de tres años, el 27% de los clientes logran salir de la pobreza económica, y sus negocios generan más de 40,600 empleos directos.

Ana Cecilia Akamine, gerente general de Financiera Confianza, destacó el programa ‘Palabra de Mujer’ como una vía de acceso al crédito y la capacitación grupal. “Este producto facilita la formación de colectivos de diez mujeres, sumando componentes de educación financiera y soporte integral”.

Una vez alcanzados los objetivos iniciales, el acompañamiento continúa con ‘Emprendiendo Mujer’, una línea pensada para quienes buscan autonomía económica. Akamine explicó que “esa independencia es clave para transformar su calidad de vida”.

Al respecto, Stephanie García Van Gool, directora de Medición de Impacto y Desarrollo Estratégico de la Fundación Microfinanzas BBVA, añadió que “las modificaciones normativas, como el eliminar la exigencia de la firma del cónyuge, aunque parezcan menores, cambian radicalmente el acceso de las mujeres al crédito y al emprendimiento”.

Otro dato revelador del estudio señala que las principales carencias entre los microemprendedores evaluados son el acceso a saneamiento (34%), las condiciones de vivienda (21%) y las limitaciones en educación básica. Un 29% adicional carece de seguro médico.

Estos datos sirven para que la Financiera Confianza diseñe productos sociales específicos para cada carencia. “Medimos el progreso de nuestros clientes año tras año y analizamos cómo evolucionan sus ingresos y excedentes”, explicó Akamine. Precisamente, para enfrentar estos desafíos, se otorgaron más de 5,300 créditos para infraestructura de agua y saneamiento, y 150,000 clientes recibieron capacitación en educación financiera.

“Uno de nuestros enfoques es analizar, año a año, el avance de los clientes para garantizar que nuestra intervención contribuye realmente a mejorar su calidad de vida”, enfatizó García Van Gool.

Pobreza multidimensional

En el marco de la presentación del informe, se realizó un panel con expertos para hablar sobre la pobreza multidimensional en Perú. Jhonatan Clausen, profesor del departamento de economía y director del Instituto de Desarrollo Humano de América Latina de la PUCP, expresó que el mayor reto del país es avanzar en la comprensión integral de la pobreza y adoptar enfoques que reconozcan la diversidad de necesidades en la población. “La combinación de privaciones no es la misma en todas las personas ni en todos los estratos. Es necesario proporcionar un portafolio adecuado a cada perfil, porque no hay una sola forma de enfrentar la pobreza”, reflexionó.

El académico recalcó la relevancia de encontrar mecanismos que permitan que el sector público y privado trabajen de forma más integrada, enfocando sus intervenciones según los distintos contextos y carencias. “Es crucial que generemos espacios de colaboración entre sectores para transformar el mayor acceso financiero en logros de desarrollo humano”, señaló.

Desde el sector público, Christian Ruiz, director de Inclusión y Educación Financiera del Ministerio de Economía y Finanzas, insistió en la importancia de trabajo conjunto y detalló los mecanismos desplegados por el Estado para incentivar la inversión privada: en 2024, cerca de US$ 10.000 millones se canalizaron a través de obras por impuestos y alianzas público-privadas, enfocándose en educación, vivienda y salud. “Necesitamos sumar capacidades entre Estado y sector privado para abordar las brechas desde todos los frentes”, afirmó.

La articulación entre Estado, empresas y academia, apoyada en datos de calidad y estrategias focalizadas, fue señalada como factor clave para reducir la pobreza multidimensional en el Perú.